¿Puedo entrenar y hacer deporte cuando tengo tendinitis? Las tendinopatías son un problema frecuente, tanto en deportistas amateurs y profesionales, como en la población en general. La tendinitis es básicamente la irritación en la unión entre los tendones y los huesos, es decir, de la zona de inserción, que genera estados de dolor. El origen de la tendinitis se remonta casi siempre a un esfuerzo incorrecto. En especial, el exceso de tensión en personas desentrenadas, el esfuerzo de deportistas sin las fases de recuperación adecuadas y a los movimientos repetitivos derivados de posiciones incorrectas.
A menudo, pensamos que debemos interrumpir o parar totalmente nuestros entrenamientos cuando tenemos una lesión. En el caso de las tendinopatías los expertos aconsejan seguir con el ejercicio, adaptándolo con una serie de recomendaciones, para mejorar la vascularización y la recuperación de la zona lesionada, además de evitar las complicaciones típicas de la inactividad. En este artículo del blog vamos a profundizar un poco en el diagnóstico, tratamiento y prevención de las tendinitis.
¿Qué son los tendones?
Un tendón es una de banda de tejido conectivo que se sitúa en los dos extremos de un músculo y lo une al hueso. Su función es transmitir la fuerza generada por el músculo al hueso para producir movimiento. El tendón tiene propiedades elásticas y actúa como un muelle biológico, almacenando y liberando energía durante el movimiento. Debemos diferenciarlo de los ligamentos, que, aunque también están formados por tejido conectivo, unen dos huesos entre sí y su función es más pasiva, dando estabilidad a las articulaciones.
Desde el punto de vista biológico, el tendón es todavía un gran desconocido si lo comparamos con los otros elementos que forman el sistema musculoesquelético, como son los músculos o los huesos. Los investigadores siguen estudiando como los mecanismos que participan en la producción y ensamblaje de las fibrillas de colágeno (su principal componente) influyen y pueden ayudar en la recuperación de las lesiones tendinosas. Los tendones son muy resistentes a la rotura, pero no son muy elásticos y están menos vascularizados en comparación con los músculos. Estos dos factores hacen que sean más propensos a sobrecargarse y a recuperarse más lentamente que otros tejidos corporales.
Tipos de lesiones tendinosas
Existen diferentes tipos de lesiones que afectan a los tendones, las principales son:
Tendinitis
Como su nombre indica es una inflamación o proceso inflamatorio en el tendón. En ocasiones no presentan síntomas, pero a veces provocan dolor e impotencia funcional al poner en tensión la zona inflamada. La tendinitis puede aparecer en muchas partes del cuerpo y tiene tendencia a cronificarse. A menudo, la tendinitis va acompañada de desequilibrios musculares o está provocada por estos. Son frecuentes la tendinitis del supraespinoso (hombro), la epicondilitis y la epitrocleitis (codo), la tendinitis rotuliana (rodilla) y la tendinitis del Aquiles.
Tenosinovitis
En este caso la inflamación afecta específicamente al revestimiento de la vaina que recubre al tendón. Aunque, puede afectar a cualquier tendón con vaina tendinosa, las muñecas, las manos, los tobillos y los pies suelen ser las zonas más afectadas, debido a que los tendones son largos y estrechos en estas articulaciones. El ejemplo más famoso es la tenosinovitis de De Quervain, que afecta a los tendones de la muñeca del lado del pulgar. Suelen provocar sensación de calor, dolor más o menos intenso y muy poca tolerancia al esfuerzo.
Tendinosis
Es un proceso degenerativo que afecta al tendón. No es una lesión que se produzca accidentalmente, por un golpe o una caída. Más bien se debe al desgaste del tendón, producido, generalmente, por la acumulación de movimientos repetitivos que causan micro desgarros en el tejido. Por este motivo, no suelen cursar con procesos inflamatorios muy definidos, el dolor suele ser poco intenso y existe una buena tolerancia al esfuerzo. El peligro en este tipo de lesiones es que a menudo se vuelven crónicas.
Rotura del tendón
La rotura tendinosa es la solución de continuidad de un tendón. Puede ser incompleta, cuando el tendón mantiene su integridad parcial o completa, cuando éste se encuentra dividido en todo su espesor. Las principales causas son traumáticas o degenerativas. En ocasiones, se opta por su intervención quirúrgica y en otras no, en función de su grado de afectación y repercusión en la vida de la persona.
Causas de las lesiones tendinosas
El origen de las lesiones tendinosas tiene una relación directa con el tipo de fuerza que actúa sobre el tendón. Las lesiones tendinosas son producidas principalmente por fuerzas de compresión, rozamiento o tracción, o por diferentes estímulos de leve intensidad, pero aplicados de forma repetitiva. Es por ello que estas lesiones pueden tener su origen en factores internos, en factores externos o en la combinación de ambos:
Factores internos:
- Sexo (las mujeres tienen mayor incidencia en lesiones tendinosas, debido a una mayor proporción de grasa en el aparato locomotor y a una relativa menor masa muscular y fuerza)
- Edad (la edad avanzada reduce significativamente la capacidad de adaptación del tendón)
- Alteraciones biomecánicas (mal alineaciones articulares, dismetrías, etc.)
- Debilidades y desequilibrios musculares
- Laxitud articular
- Disminución de la flexibilidad
- Patologías como la artritis reumatoide, la diabetes, la gota o la psoriasis.
Factores externos:
- Realizar movimientos repetitivos en periodos prolongados de tiempo, bien por razones laborales o deportivas.
- Métodos de entrenamiento inadecuados
- Duración o intensidad excesiva del entrenamiento
- Incrementos súbitos en el programa de entrenamiento
- Errores en la adaptación individual al entrenamiento
- Cambios de superficie de entrenamiento/juego
- Calentamiento insuficiente
- Entrenamiento general inadecuado
- Recuperación insuficiente
- Problemas derivados del material
Tratamiento de las lesiones tendinosas
Para el tratamiento de las tendinopatías las opciones más habituales son la toma de medicamentos, la realización de ejercicios y tratamiento rehabilitador y en última instancia la cirugía.
Los tratamientos farmacológicos más habituales se basan en la administración de AINES y corticoides. En los últimos años, los tratamientos con células madre o plasma rico en plaquetas, han levantado grandes expectativas por los aparentes buenos resultados obtenidos. Los beneficios de los antinflamatorios y los corticoides en cambio son cada vez más controvertidos, aunque tienen un papel analgésico que puede ser beneficioso a corto plazo, presentan también efectos no deseados a largo plazo y son poco útiles en la prevención de recaídas.
Las técnicas de rehabilitación más utilizadas son la crioterapia, la termoterapia, la electroterapia, la terapia manual y el uso de ortesis. Dentro de este capitulo cabe destacar la importancia de los ejercicios de fortalecimiento muscular, especialmente aquellos que priorizan el trabajo excéntrico. En general, existe poca evidencia científica sobre los beneficios que aportan estos tratamientos. El uso del frío y del calor, por ejemplo, se viene usando tradicionalmente por sus propiedades analgésicas, pero no existen demasiadas evidencias científicas que lo justifiquen. Respecto la electroterapia, en los últimos años ha cobrado interés, por los aparentemente buenos resultados obtenidos, la denominada electrólisis percutánea intratendinosa. La terapia manual se ha basado tradicionalmente en el masaje transverso profundo de Cyriax y en la movilización de partes blandas. El objetivo de estas técnicas es aumentar el flujo sanguíneo alrededor de la zona afectada para favorecer la curación del tendón, pero de nuevo las evidencias científicas son escasas. El uso de ortesis, aunque puede ayudar en algunos casos y en algunas lesiones muy asociadas a movimientos repetitivos, tampoco existen estudios controlados al respecto.
Los ejercicios de fortalecimiento muscular, especialmente el trabajo excéntrico, se ha demostrado científicamente como la base de los programas de rehabilitación de las tendinopatías en la actualidad. Por ello, trataremos este punto por separado en el siguiente apartado.
Finalmente, la cirugía debe reservarse para aquellos casos donde el tratamiento conservador fracase, ya que muchos de los resultados tras una cirugía por tendinopatía por uso excesivo no son satisfactorios.
Fortalecimiento muscular en tendinopatías
Como decíamos al principio de este artículo el abordaje y tratamiento de estas patologías ha ido cambiando en los últimos años. Antiguamente se recomendaba muchas veces el reposo absoluto para la mayoría de los casos, incluso sin tener en cuenta la gravedad de la lesión. Actualmente, en cambio, se recomienda seguir con la actividad física, de manera controlada, realizando un trabajo de fortalecimiento muscular específico o variando los ejercicios para que sean menos exigentes con el tendón afectado. De esta manera, podremos reducir los tiempos de recuperación y evitar recaídas o que la lesión se vuelva crónica. En cualquier caso, nunca está recomendado el reposo absoluto, ya que aumenta la rigidez articular y se favorece la pérdida de masa muscular.
Los ejercicios de fortalecimiento y las etapas que se recomienda seguir son:
1º Ejercicios isométricos y antagonistas
Este tipo de ejercicios alivian el dolor y por eso, están recomendados en la fase aguda. En la medida de lo posible es interesante incorporar el entrenamiento del antagonista. Por ejemplo, en caso de la epicondilitis o “codo del tenista” en la que se produce la irritación del extensor de la muñeca, es posible ejercitar sin problemas el flexor de muñeca. El ejercicio contribuye a estirar y relajar la zona afectada y favorece la curación mediante la reducción del esfuerzo de tracción en la inserción del tendón irritado.
Ejercicio isométrico para epicondilitis
Ejercicio antagonista para epicondilitis
2º Ejercicios isotónicos priorizando el trabajo excéntrico.
Con estos ejercicios mejoraremos la fuerza muscular, los realizaremos de forma lenta y no debemos sufrir dolor tendinoso. Es posible que aparezca dolor muscular. Realizaremos un entrenamiento cruzado, es decir tanto la extremidad afectada como la contraria y tanto la zona lesionada como su contraria. Poco a poco iremos añadiendo más carga a los ejercicios. Priorizaremos el trabajo excéntrico ya que se ha demostrado que mejora la estructura tendinosa a corto y a largo plazo
Excéntrico para tendinitis rotuliana
Excéntrico para tendinitis rotuliana
3º Ejercicios de readaptación al deporte especifico
Cuando el deportista se encuentre mejor y el tendón muestre una buena respuesta a los ejercicios de fuerza, iremos incorporando ejercicios con una mayor velocidad, que incrementaremos de forma gradual. Se van introduciendo ejercicios de pliometría y volvemos a los ejercicios específicos del deporte.
Excéntrico para tendinitis rotuliana en equipos inerciales
Bibliografía:
- Guía de Práctica Clínica de las Tendinopatías: Diagnóstico, tratamiento y prevención. 9 de junio de 2010. Servicios Médicos Fc Barcelona. http://mfcbarcelona.com/media/asset_publics/resources/000/045/906/original/Tendinopatias_castell_FCB__ver_3_optimizado.v1363688839.pdf
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