Las raíces de la Terapia Médica de Fortalecimiento Muscular para el dolor de espalda que ofrecemos en Wunder Training pueden rastrearse hasta la mecanoterapia, desarrollada por el médico sueco Gustav Zander (1835‑1920). Zander dominó la fisioterapia desde aproximadamente el año 1885 hasta finales de la Primera Guerra Mundial. Desarrolló diferentes máquinas que permitían movilizar o ejercitar partes individuales del cuerpo.
Zander tuvo un éxito rotundo con su terapia. En 1911, había 79 institutos Zander en Alemania y sus máquinas se usaban en 202 centros de diversos lugares del mundo. Esta nueva terapia de fortalecimiento muscular también se usaba en hospitales, spas, cruceros y en hogares de individuos adinerados.
Los inicios de la fisioterapia mecánica
El siguiente desarrollo innovador de equipos llegó de la mano de Max Herz (1865–?). Fue el principal competidor de Zander y construyó máquinas con una leva incorporada que por primera vez permitían variar la resistencia dentro de un mismo ejercicio. Esto hacía posible que un músculo pudiera someterse a una carga óptima en cualquier ángulo.
La fisioterapia mecánica ganó gran auge durante la Primera Guerra Mundial y después del conflicto debido a la masiva cantidad de heridos. Esto supuso una ventaja y una desventaja al mismo tiempo. Tras el drástico aumento de la demanda de terapia, algunas máquinas tenían un diseño precario y algunos terapeutas carecían de formación suficiente, lo cual dañó la reputación de la fisioterapia mecánica. Otros factores que contribuyeron a su decadencia fueron la diversificación del sistema (inventos realizados por muchos individuos) y las políticas sanitarias de la época. Como resultado, la mecanoterapia fue quedando lentamente en el olvido hasta que, en 1972, Arthur Jones tuvo la idea de crear máquinas de resistencia variable y diseñó las máquinas Nautilus.
Cómo medir la fuerza de la columna
A mediados de la época de 1960, investigaciones científicas en los Estados Unidos encontraron una profunda conexión entre la debilidad de los músculos de la espalda y los dolores en esa zona. Esto implicaba que era casi esencial evaluar la capacidad funcional de estos músculos. Otros intentos anteriores para lograrlo habían fracasado, principalmente debido a la falta de la metodología y tecnología necesarias para obtener un análisis preciso de la fuerza de los músculos de la columna vertebral. Antes de que se creara un test de diagnóstico capaz de mostrar la curva de fuerza de un músculo, era imposible elaborar programas de terapia que se adaptaran a las necesidades individuales de los pacientes. A fin de obtener un registro preciso de la terapia y de su éxito o fracaso, era necesario medir el estado de los extensores lumbares antes y después de la terapia.
En 1960, Nachemson fue el primero en medir la presión de los discos intervertebrales (L3/L4), y a esto siguieron otros estudios, como los de Wilke y otros (1999). La investigación se centró en las mediciones de la presión intradiscal en diversas posiciones del cuerpo y en diferentes ángulos. Además de hallar que las diferentes posiciones del cuerpo producían diferentes presiones intradiscales, la investigación estableció una correlación entre la presión de los discos intervertebrales y la fuerza muscular. Este hallazgo enfatizó la importancia que el corsé muscular cumple en la estabilización de los segmentos individuales de la columna vertebral.
En 1972, el Centro de Ciencias del Ejercicio de la Universidad de Florida, en Gainesville, impulsó el mayor proyecto de investigación en el tratamiento y la rehabilitación de pacientes con problemas en la columna vertebral y se concentró en particular en el tratamiento de la lumbalgia crónica. La premisa subyacente era la falta de fuerza en los músculos paravertebrales de la columna vertebral, especialmente de los músculos lumbares. Llevó más de 14 años diseñar el equipo técnico necesario para lograr un diagnóstico fiable de la función muscular y desarrollar terapias objetivas y verificables. Arthur Jones desempeñó un papel central en este proceso con el desarrollo de máquinas de ejercicios, a lo cual le siguió en 1986 el desarrollo de máquinas para terapia.
En 1990, bajo la dirección de la Dra. Gabriela Kieser, Kieser Training abrió un consultorio para la Terapia Médica de Fortalecimiento Muscular en Zúrich, el primero de Europa en utilizar las máquinas para terapia desarrolladas por Jones.
En 2008 fue inaugurado en Barcelona el primer centro Kieser Training que pasa en 2016 a operar bajo el nombre de Wunder Training. Actualmente Wunder Training lleva más de 10 años ofreciendo los servicios de Terapia Médica de Fortalecimiento Muscular de forma continuada.
En resumen, una buena masa muscular ayuda a no cargar a los huesos con más esfuerzo del necesario y ayuda a que estén posicionados de la forma correcta, por tanto, podiamos afirmar que con unos musculos fuertes tendremos más fácilmente una columna en una buena posición, evitando la escoliosis.
EXAMEN MÉDICO GRATUITO
Evaluamos tu caso sin compromiso para recomendarte el mejor tratamiento