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¿Cuándo es mejor aplicar frío o calor para tratar una lesión, inflamación o dolores de nuestro aparato locomotor? Esta es una de las dudas más habituales entre las personas que acuden al fisioterapeuta. La crioterapia y la termoterapia son dos de las técnicas más antiguas, comunes y sencillas de realizar en nuestras casas cuando sufrimos alguna molestia o problema en nuestros músculos y articulaciones. En este artículo del blog vamos a resolver algunas dudas y explicar cuando tenemos que aplicar frío o calor en función del momento la lesión a tratar.

Termoterapia y crioterapia

La termoterapia es la aplicación con fines terapéuticos de calor sobre el organismo. A través de la aplicación del calor, se produce un aumento de la temperatura en la zona, lo cual nos ayuda a disminuir el dolor y a producir un efecto relajante en la zona.

La aplicación del calor en fisioterapia produce los siguientes efectos:

  • Acelera el metabolismo celular
  • Produce vasodilatación
  • Aumenta la temperatura local
  • Mejora la elasticidad de los tejidos
  • Logra un aumento de la circulación
  • Acelera el proceso de cicatrización tanto superficial como profundo
  • Relaja la musculatura

La crioterapia es la aplicación con fines terapéuticos de frío para conseguir diversos efectos en la zona del cuerpo donde se aplica. A través de la aplicación de frío podremos disminuir el dolor y reducir la inflamación en la zona tratada.

La aplicación de frío en fisioterapia produce los siguientes efectos:

  • Descenso del metabolismo celular
  • Produce vasoconstricción
  • Disminuye la temperatura local
  • Disminuye la velocidad de conducción nerviosa
  • Logra un descenso de la circulación
  • Disminuye la inflamación
  • Aumenta el tono muscular

Como vemos los efectos fisiológicos entre el calor y el frío son diferentes, por lo que su aplicación dependerá de lo que queramos conseguir, en función del momento y de la patología del paciente. Como regla general quédate con el siguiente consejo, si el dolor es reciente (menos de 48 horas) aplica frío, si se trata de un dolor que sufres desde hace días aplica calor. Otra manera de decirlo, lesión aguda: frío, lesión crónica: calor. Vamos a verlo con más detalle a continuación.

¿Cuándo usar calor y cuándo no?

El uso de calor se recomienda después de que hayan pasado como mínimo tres días desde la aparición del dolor o la lesión, una vez pasada la fase inflamatoria. Usaremos pues el calor para el tratamiento de lesiones subagudas, crónicas o en fase de rehabilitación y prevención.

Los casos más típicos donde se recomienda la aplicación de calor son:

  • Contracturas y dolor de espalda
  • Rigidez articular
  • Tendinitis crónicas
  • Lesiones musculares subagudas (tras las primeras 48 horas para ayudar en la cicatrización)
  • En dolencias crónicas como la artrosis (si no hay inflamación en la zona).
  • Antes de entrenar o de una sesión de rehabilitación.

La aplicación de calor está contraindicada en casos de:

  • Inflamación (la zona está caliente, enrojecida e hinchada).
  • Durante los tres primeros días tras una lesión aguda, golpe, esguince o fractura.
  • En casos de anestesia o alteración de la sensibilidad por riesgo de quemadura.
  • Procesos infecciosos, cardiopatías descompensadas y alteraciones de la tensión arterial como personas con hipotensión grave.

¿Cómo aplicar calor?

Existen diferentes métodos para aplicar calor sobre nuestro cuerpo. Desde la bolsa de agua caliente y la típica esterilla eléctrica hasta los infrarrojos, el microondas, el ultrasonido, la tecarterapia, entre otras. Evidentemente en casa optaremos por la típica esterilla eléctrica, la bolsa de agua caliente o las bolsas de semillas que se calientan en el microondas.

Como regla general aplicaremos el calor a una temperatura agradable, que no queme (unos 38-45 grados), y no debemos sobrepasar los 20 minutos de aplicación. Podemos volver a aplicarlo en intervalos de 2 horas.

¿Cuándo usar frío y cuándo no?

La crioterapia o uso del hielo es uno de los tratamientos más efectivos en los primeros momentos tras la lesión. De hecho, muchos estudios científicos hablan de la importancia de aplicar frío durante las primeras 48 a 72 horas para reducir y contener el daño producido en los tejidos por la lesión y aliviar el dolor. Usaremos pues el frío para el tratamiento de lesiones agudas durante los tres primeros días.

Los casos más típicos donde se recomienda la aplicación de frío son:

  • Sobrecargas musculares
  • Rotura de fibras
  • Golpes y contusiones
  • Esguinces de ligamentos
  • Luxaciones y fracturas
  • Tendinitis agudas
  • Después de entrenar o realizar ejercicio intenso

La aplicación de frío está contraindicada en casos de:

  • Antes de entrenar o hacer ejercicio, por su efecto sedante y un posible aumento del riesgo de lesionarnos al hacer los tejidos menos elásticos
  • En personas con hipersensibilidad o alergia al frío
  • En personas con problemas circulatorios o cardíacos graves o alteraciones de la sensibilidad cutánea.

¿Cómo aplicar frío?

Existen diferentes métodos para aplicar frío sobre nuestro cuerpo. Desde las bolsas de hielo, la crioterapia gaseosa, la inmersión en bañeras de agua helada o los esprays de frío, entre otras. Evidentemente, en casa optaremos por la típica bolsa de hielo.

Como regla general aplicaremos el hielo durante 20 minutos cada 2 horas, y nunca directamente sobre la piel. Las primeras 48 horas se recomienda además la compresión, elevación y reposo de la zona afectada.

Para finalizar, un consejo para la utilización de frío o calor: la decisión va a depender básicamente de si hemos visto que hay o no un proceso inflamatorio agudo. Ante la duda, elige el frío. El calor empeoraría aún más el proceso si se trata de una lesión aguda en cambio el frío difícilmente lo hará, aún tratándose de un problema crónico.

FISIOTERAPIA Y OSTEOPATÍA

Nuestro servicio de fisioterapia y osteopatía en Barcelona se basa en la terapia manual y en la personalización del tratamiento para cada paciente. Nuestro objetivo es conseguir una rápida recuperación, con los mejores resultados.

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